Por qué existe lapractica

Todo comenzó cuando nos dimos cuenta de que estábamos viviendo a medias: en modo automático, atrapados en la ansiedad, el estrés y hábitos que nos hacían daño, insatisfechos y con la sensación constante de que algo nos faltaba.

Somos parte de una sociedad que nos empuja a un ritmo frenético, donde la mente es la que lleva las riendas y el cuerpo queda relegado a un segundo plano. Es como si hubiéramos olvidado que evolucionamos como seres integrales, donde mente, cuerpo y entorno están intrínsecamente conectados.

Vivimos en un mundo hiperconectado que nos hace sentir más aislados. Nos acostumbramos a buscar respuestas en el exterior, cuando muchas veces las tenemos en el interior. Ante el dolor o emociones incómodas, buscamos eliminarlas en lugar de escucharlas, perdiendo la oportunidad de aprender y entender lo que el cuerpo nos dice.

Nuestro propósito es recuperar esa conexión. lapractica® se trata de reconectar con nuestro origen y crear una colaboración entre el cuerpo, la mente y nuestro entorno, que nos permita vivir con mayor profundidad y conciencia.

Intentamos muchas cosas: terapias tradicionales, meditación, psicoanálisis, baños de hielo, y hasta psicodélicos. Todo nos ayudó de alguna forma, pero hubo una terapia que realmente nos transformó: Internal Family Systems (IFS)

Este modelo terapéutico, sumado a cambios conscientes en nuestra rutina diaria, como cuidar lo que comemos, cómo descansamos, cuánto nos movemos y cuánto nos conectamos con la naturaleza, ha resultado ser una combinación profundamente transformadora y sanadora para nosotros.

Sabemos que no es algo que se logra de un día para otro.  Este es un proceso que requiere compromiso, consistencia y paciencia. Compartir este camino es nuestro propósito.

No hay que buscarlo afuera, porque está en ti, y comienza cuando tú lo decides.

— Roger y Tino

Estos 4 pilares serán continuamente nuestro norte para construir el mundo de conocimiento y bienestar que compartimos contigo

Cuerpo

Consciencia

Acción

Interconexión

Conectar con el cuerpo

El cuerpo es el comienzo de un viaje interior. Es nuestro mapa físico, diseñado para sentir, moverse y conectar con el entorno. El cuerpo es sensible, es un receptor que fluye en la naturaleza. Nos invita a redescubrir sabiduría en lo cotidiano: la respiración que nos calma, el alimento que nos nutre,el movimiento que nos impulsa. El cuerpo influye en cada una de nuestras decisiones. Vitalidad, equilibrio, fuerza, flexibilidad. Todo está ahí, esperando que lo redescubras. El cuerpo tiene memoria, lleva la cuenta, es inteligente. Hay que comprenderlo y cuidarlo. Hay que recorrerlo. Hay que conectar profundamente con él para abrir la puerta al potencial más profundo y desplegar toda nuestra capacidad.

Estar despiertos

La consciencia despierta. Es la llave que abre las puertas a nuestro ser más profundo, el despertar a lo que realmente somos. Nos lleva a un estado de presencia plena, invitándonos a explorar con curiosidad y compasión nuestro mundo interno y externo. La consciencia también es con ciencia, y con toda la evidencia que tenemos sobre nuestra existencia. Nos enseña a buscar, detenernos, escuchar lo que sentimos y pensamos, reconocer el valor de cada instante. En esa exploración encontramos la claridad necesaria para alinear intención y acción, para influir en nuestras decisiones y en cómo vivimos cada momento. La consciencia es la luz que guía nuestro camino hacia el autoconocimiento.

Hacer y repetir

La acción es la energía que transforma intenciones en realidad. Es constancia y compromiso. Es un llamado a crear hábitos que nos acerquen a nuestra mejor versión. Aquí, ejecutar impulsa el crecimiento. La repetición, la disciplina y el entrenamiento continuo fortalecen nuestras habilidades. Acción es consistencia, es fuente de resiliencia, es ganas de seguir. No es hacer por hacer, es hacer con propósito. Es la práctica de sostener la práctica, siempre en proceso, construyendo una vida que refleja nuestras intenciones más reales.

Ser partes de un todo

No estamos solos en este viaje. La interconexión es el vínculo que une nuestras experiencias con las de los demás. Nos sostiene como seres sociales, como parte de un todo. Estamos conectados, no sólo con nuestras familias y amigos, sino con la naturaleza, con el planeta y con cada ser que lo habita. La curiosidad despierta la empatía, que es el corazón de relaciones auténticas. Esta conexión nos recuerda que nuestra existencia no es aislada. Caminamos juntos, sabiendo que el bienestar individual se completa en lo colectivo. La verdadera fortaleza nace al reconocernos parte de algo más grande, asumir la responsabilidad de nuestro impacto, y honrar el vínculo que nos une.

Cuerpo

Consciencia

Acción

Interconexión

Conectar con el cuerpo

El cuerpo es el comienzo de un viaje interior. Es nuestro mapa físico, diseñado para sentir, moverse y conectar con el entorno. El cuerpo es sensible, es un receptor que fluye en la naturaleza. Nos invita a redescubrir sabiduría en lo cotidiano: la respiración que nos calma, el alimento que nos nutre,el movimiento que nos impulsa. El cuerpo influye en cada una de nuestras decisiones. Vitalidad, equilibrio, fuerza, flexibilidad. Todo está ahí, esperando que lo redescubras. El cuerpo tiene memoria, lleva la cuenta, es inteligente. Hay que comprenderlo y cuidarlo. Hay que recorrerlo. Hay que conectar profundamente con él para abrir la puerta al potencial más profundo y desplegar toda nuestra capacidad.

Estar despiertos

La consciencia despierta. Es la llave que abre las puertas a nuestro ser más profundo, el despertar a lo que realmente somos. Nos lleva a un estado de presencia plena, invitándonos a explorar con curiosidad y compasión nuestro mundo interno y externo. La consciencia también es con ciencia, y con toda la evidencia que tenemos sobre nuestra existencia. Nos enseña a buscar, detenernos, escuchar lo que sentimos y pensamos, reconocer el valor de cada instante. En esa exploración encontramos la claridad necesaria para alinear intención y acción, para influir en nuestras decisiones y en cómo vivimos cada momento. La consciencia es la luz que guía nuestro camino hacia el autoconocimiento.

Hacer y repetir

La acción es la energía que transforma intenciones en realidad. Es constancia y compromiso. Es un llamado a crear hábitos que nos acerquen a nuestra mejor versión. Aquí, ejecutar impulsa el crecimiento. La repetición, la disciplina y el entrenamiento continuo fortalecen nuestras habilidades. Acción es consistencia, es fuente de resiliencia, es ganas de seguir. No es hacer por hacer, es hacer con propósito. Es la práctica de sostener la práctica, siempre en proceso, construyendo una vida que refleja nuestras intenciones más reales.

Ser partes de un todo

No estamos solos en este viaje. La interconexión es el vínculo que une nuestras experiencias con las de los demás. Nos sostiene como seres sociales, como parte de un todo. Estamos conectados, no sólo con nuestras familias y amigos, sino con la naturaleza, con el planeta y con cada ser que lo habita. La curiosidad despierta la empatía, que es el corazón de relaciones auténticas. Esta conexión nos recuerda que nuestra existencia no es aislada. Caminamos juntos, sabiendo que el bienestar individual se completa en lo colectivo. La verdadera fortaleza nace al reconocernos parte de algo más grande, asumir la responsabilidad de nuestro impacto, y honrar el vínculo que nos une.

Cuerpo

Consciencia

Acción

Interconexión

Conectar con el cuerpo

El cuerpo es el comienzo de un viaje interior. Es nuestro mapa físico, diseñado para sentir, moverse y conectar con el entorno. El cuerpo es sensible, es un receptor que fluye en la naturaleza. Nos invita a redescubrir sabiduría en lo cotidiano: la respiración que nos calma, el alimento que nos nutre,el movimiento que nos impulsa. El cuerpo influye en cada una de nuestras decisiones. Vitalidad, equilibrio, fuerza, flexibilidad. Todo está ahí, esperando que lo redescubras. El cuerpo tiene memoria, lleva la cuenta, es inteligente. Hay que comprenderlo y cuidarlo. Hay que recorrerlo. Hay que conectar profundamente con él para abrir la puerta al potencial más profundo y desplegar toda nuestra capacidad.

Estar despiertos

La consciencia despierta. Es la llave que abre las puertas a nuestro ser más profundo, el despertar a lo que realmente somos. Nos lleva a un estado de presencia plena, invitándonos a explorar con curiosidad y compasión nuestro mundo interno y externo. La consciencia también es con ciencia, y con toda la evidencia que tenemos sobre nuestra existencia. Nos enseña a buscar, detenernos, escuchar lo que sentimos y pensamos, reconocer el valor de cada instante. En esa exploración encontramos la claridad necesaria para alinear intención y acción, para influir en nuestras decisiones y en cómo vivimos cada momento. La consciencia es la luz que guía nuestro camino hacia el autoconocimiento.

Hacer y repetir

La acción es la energía que transforma intenciones en realidad. Es constancia y compromiso. Es un llamado a crear hábitos que nos acerquen a nuestra mejor versión. Aquí, ejecutar impulsa el crecimiento. La repetición, la disciplina y el entrenamiento continuo fortalecen nuestras habilidades. Acción es consistencia, es fuente de resiliencia, es ganas de seguir. No es hacer por hacer, es hacer con propósito. Es la práctica de sostener la práctica, siempre en proceso, construyendo una vida que refleja nuestras intenciones más reales.

Ser partes de un todo

No estamos solos en este viaje. La interconexión es el vínculo que une nuestras experiencias con las de los demás. Nos sostiene como seres sociales, como parte de un todo. Estamos conectados, no sólo con nuestras familias y amigos, sino con la naturaleza, con el planeta y con cada ser que lo habita. La curiosidad despierta la empatía, que es el corazón de relaciones auténticas. Esta conexión nos recuerda que nuestra existencia no es aislada. Caminamos juntos, sabiendo que el bienestar individual se completa en lo colectivo. La verdadera fortaleza nace al reconocernos parte de algo más grande, asumir la responsabilidad de nuestro impacto, y honrar el vínculo que nos une.

Cuerpo

Consciencia

Acción

Interconexión

Conectar con el cuerpo

El cuerpo es el comienzo de un viaje interior. Es nuestro mapa físico, diseñado para sentir, moverse y conectar con el entorno. El cuerpo es sensible, es un receptor que fluye en la naturaleza. Nos invita a redescubrir sabiduría en lo cotidiano: la respiración que nos calma, el alimento que nos nutre,el movimiento que nos impulsa. El cuerpo influye en cada una de nuestras decisiones. Vitalidad, equilibrio, fuerza, flexibilidad. Todo está ahí, esperando que lo redescubras. El cuerpo tiene memoria, lleva la cuenta, es inteligente. Hay que comprenderlo y cuidarlo. Hay que recorrerlo. Hay que conectar profundamente con él para abrir la puerta al potencial más profundo y desplegar toda nuestra capacidad.

Estar despiertos

La consciencia despierta. Es la llave que abre las puertas a nuestro ser más profundo, el despertar a lo que realmente somos. Nos lleva a un estado de presencia plena, invitándonos a explorar con curiosidad y compasión nuestro mundo interno y externo. La consciencia también es con ciencia, y con toda la evidencia que tenemos sobre nuestra existencia. Nos enseña a buscar, detenernos, escuchar lo que sentimos y pensamos, reconocer el valor de cada instante. En esa exploración encontramos la claridad necesaria para alinear intención y acción, para influir en nuestras decisiones y en cómo vivimos cada momento. La consciencia es la luz que guía nuestro camino hacia el autoconocimiento.

Hacer y repetir

La acción es la energía que transforma intenciones en realidad. Es constancia y compromiso. Es un llamado a crear hábitos que nos acerquen a nuestra mejor versión. Aquí, ejecutar impulsa el crecimiento. La repetición, la disciplina y el entrenamiento continuo fortalecen nuestras habilidades. Acción es consistencia, es fuente de resiliencia, es ganas de seguir. No es hacer por hacer, es hacer con propósito. Es la práctica de sostener la práctica, siempre en proceso, construyendo una vida que refleja nuestras intenciones más reales.

Ser partes de un todo

No estamos solos en este viaje. La interconexión es el vínculo que une nuestras experiencias con las de los demás. Nos sostiene como seres sociales, como parte de un todo. Estamos conectados, no sólo con nuestras familias y amigos, sino con la naturaleza, con el planeta y con cada ser que lo habita. La curiosidad despierta la empatía, que es el corazón de relaciones auténticas. Esta conexión nos recuerda que nuestra existencia no es aislada. Caminamos juntos, sabiendo que el bienestar individual se completa en lo colectivo. La verdadera fortaleza nace al reconocernos parte de algo más grande, asumir la responsabilidad de nuestro impacto, y honrar el vínculo que nos une.

Te compartimos un texto que escribimos para siempre recordar lo que estamos haciendo

La práctica es hacer una pausa por decisión propia.


Es cerrar los ojos para ver todo más claro.


Es desconectar el ruido para volver a ti.


Es el compromiso de no postergarte.

La práctica es tomar las riendas de tu tiempo.


Es una conversación valiosa con un ser querido.


Es estar con quienes amas, pero estar de verdad.


Es reconocer en el otro a alguien que también busca.



La práctica es tomar liderazgo en tus decisiones.

 
Es elegir con consciencia lo que te alimenta.


Es perderte en la naturaleza para encontrarte.

 
Es bailar todos los ritmos que te toca la vida.



La práctica es redescubrir el potencial de tu cuerpo.

 
Cuerpo y mente hablando un mismo lenguaje.


Es viajar hacia adentro cada tanto.


Es volver a preguntarte lo que de verdad importa.



La práctica es una comprensión más profunda de ti mismo.

 
Es entender que la vida es el camino, no la meta.


Es encontrar intención en cada decisión.


Es saber que estamos juntos en este viaje.



La práctica comienza cuando tú lo decides.
La práctica es hacer una pausa por decisión propia.


Es cerrar los ojos para ver todo más claro.


Es desconectar el ruido para volver a ti.


Es el compromiso de no postergarte.

La práctica es tomar las riendas de tu tiempo.


Es una conversación valiosa con un ser querido.


Es estar con quienes amas, pero estar de verdad.


Es reconocer en el otro a alguien que también busca.



La práctica es tomar liderazgo en tus decisiones.

 
Es elegir con consciencia lo que te alimenta.


Es perderte en la naturaleza para encontrarte.

 
Es bailar todos los ritmos que te toca la vida.



La práctica es redescubrir el potencial de tu cuerpo.

 
Cuerpo y mente hablando un mismo lenguaje.


Es viajar hacia adentro cada tanto.


Es volver a preguntarte lo que de verdad importa.



La práctica es una comprensión más profunda de ti mismo.

 
Es entender que la vida es el camino, no la meta.


Es encontrar intención en cada decisión.


Es saber que estamos juntos en este viaje.



La práctica comienza cuando tú lo decides.
La práctica es hacer una pausa por decisión propia.


Es cerrar los ojos para ver todo más claro.


Es desconectar el ruido para volver a ti.


Es el compromiso de no postergarte.

La práctica es tomar las riendas de tu tiempo.


Es una conversación valiosa con un ser querido.


Es estar con quienes amas, pero estar de verdad.


Es reconocer en el otro a alguien que también busca.



La práctica es tomar liderazgo en tus decisiones.

 
Es elegir con consciencia lo que te alimenta.


Es perderte en la naturaleza para encontrarte.

 
Es bailar todos los ritmos que te toca la vida.



La práctica es redescubrir el potencial de tu cuerpo.

 
Cuerpo y mente hablando un mismo lenguaje.


Es viajar hacia adentro cada tanto.


Es volver a preguntarte lo que de verdad importa.



La práctica es una comprensión más profunda de ti mismo.

 
Es entender que la vida es el camino, no la meta.


Es encontrar intención en cada decisión.


Es saber que estamos juntos en este viaje.



La práctica comienza cuando tú lo decides.

La práctica es hacer una pausa por decisión propia.



Es cerrar los ojos para ver todo más claro.



Es desconectar el ruido para volver a ti.



Es el compromiso de no postergarte.


La práctica es tomar las riendas de tu tiempo.



Es una conversación valiosa con un ser querido.



Es estar con quienes amas, pero estar de verdad.



Es reconocer en el otro a alguien que también busca.





La práctica es tomar liderazgo en tus decisiones.

 

Es elegir con consciencia lo que te alimenta.



Es perderte en la naturaleza para encontrarte.

 

Es bailar todos los ritmos que te toca la vida.





Es redescubrir el potencial de tu cuerpo.



Cuerpo y mente hablando un mismo lenguaje.



Es viajar hacia adentro cada tanto.



Es volver a preguntarte lo que de verdad importa.





Es una comprensión más profunda de ti mismo.

 

Es entender que la vida es el camino, no la meta.



Es encontrar intención en cada decisión.



Es saber que estamos juntos en este viaje.





La práctica comienza cuando tú lo decides.