
Articulo
1 abr 2025
Tabla de contenidos
¿Alguna vez has experimentado la sensación de que dentro de ti coexisten diferentes partes, cada una con sus propias emociones y necesidades, que en ocasiones entran en conflicto? La terapia IFS ofrece una forma clara y compasiva para entender esta multiplicidad interna y avanzar hacia un mayor equilibrio y bienestar emocional.
En este artículo, exploramos los fundamentos de la terapia IFS, te contamos en qué consiste este enfoque terapéutico y cómo puede facilitar tu proceso de sanación interna.
¿Qué es la terapia IFS?
La terapia de Sistemas de la Familia Interna o Internal Family Systems (IFS), creada en los años 80 por el Dr. Richard C. Schwartz, es un enfoque innovador y psicoterapéutico que ve la mente humana como un sistema de partes internas que interactúan entre sí, similar a los miembros de una familia.
Este pensamiento sistémico permite comprender que no somos una sola identidad, sino una comunidad de partes con historias, emociones y roles distintos. Y lo más importante: todas estas partes tienen una intención positiva, incluso si sus acciones a veces nos causan malestar.
La terapia IFS se aplica en diversos contextos, incluyendo:
Terapia individual: para abordar traumas, ansiedad, depresión, adicciones y otros desafíos emocionales, así como para los que buscan un mayor bienestar general. En este espacio, la persona puede explorar su mundo interno de manera segura y guiada, descubriendo las raíces de sus conflictos y aprendiendo a sanar viejas heridas.
Terapia de pareja o de relaciones: para mejorar la comunicación y sanar heridas en todo tipo de dinámicas interpersonales, ya sean de pareja, familiares, amistades o laborales. Ayuda a comprender cómo nuestras partes internas influyen en nuestras relaciones y cómo podemos mejorar la conexión con los demás.
Terapia familiar: para fortalecer los vínculos y resolver dinámicas disfuncionales dentro del sistema familiar. Al entender las partes de cada miembro de la familia, se pueden crear dinámicas más saludables y armoniosas.
Un concepto clave en IFS es el “Self”, que es esa esencia de nosotros que nunca se daña y será explicada a continuación.
¿Qué es el Self según la terapia IFS?
El Self es la esencia interna de cada ser humano, la parte más sabia, compasiva y auténtica de nuestra mente. Es nuestro centro de conciencia, la fuente de nuestra bondad innata y nuestra capacidad de sanación.
Cuando nos conectamos con el Self, experimentamos alguna o varias de las 8 Cs, que son las cualidades fundamentales de este estado:
Curiosidad: una mente abierta y dispuesta a explorar nuestro mundo interno sin juicios. Una ausencia de intención de cambiar el comportamiento del otro, queriendo, en cambio, entenderlo genuinamente.
Calma: una sensación de paz y tranquilidad interior, incluso en medio del caos.
Claridad: una visión clara y no distorsionada de las situaciones y de nuestras partes y sus intenciones, con ausencia de proyecciones.
Conexión: un sentimiento de unidad con nosotros mismos y con los demás.
Confianza: una certeza en nuestra capacidad de sanar y superar los desafíos.
Coraje: la valentía para enfrentar nuestras partes más difíciles y dolorosas, así como acercarse a situaciones que antes se temían de forma más consciente.
Creatividad: la capacidad de encontrar soluciones innovadoras y perspectivas nuevas.
Compasión: un profundo amor y aceptación hacia todas nuestras partes, sin excepción. Ver más allá de las partes enojadas o reactivas de los demás y reconocer el miedo o el dolor que hay detrás de ellas.
En este proceso terapéutico, el objetivo principal es que el Self asuma el liderazgo interno para poder relacionarnos con nuestras partes heridas desde un lugar de aceptación incondicional y sanación profunda. Es como un guía sabio y amoroso que puede ayudar a nuestras partes a encontrar su lugar y función adecuada dentro de nuestro sistema interno.
¿Cuáles son las partes del modelo IFS?
La terapia IFS identificó tres tipos principales de subpersonalidades o partes internas, cada una con una función específica en nuestra vida emocional:
Exiliados
Las partes exiliadas son las más vulnerables y sensibles de nuestro sistema interno. Representan experiencias traumáticas o emociones dolorosas del pasado que han sido reprimidas y aisladas.
Los exiliados pueden generar sentimientos intensos de miedo, vergüenza, tristeza o soledad. Estas partes a menudo se sienten atrapadas en el pasado y pueden reaccionar de manera exagerada a situaciones presentes que les recuerdan el trauma original.
Gerentes
Son las partes protectoras que buscan mantener el control de nuestra vida para evitar que los exiliados emerjan y causen dolor. Se manifiestan como perfeccionismo, autoexigencia, crítica interna, planificación excesiva o evitación emocional.
Los gerentes creen que si pueden mantener todo bajo control, los exiliados permanecerán ocultos y no causarán problemas. Sin embargo, esta estrategia a menudo resulta en estrés, ansiedad y agotamiento.
Bomberos
Actúan de manera impulsiva cuando los exiliados logran salir a la superficie. Su función es “apagar el fuego” del dolor emocional a través de conductas como comer en exceso, abuso de sustancias, explosiones emocionales o cualquier distracción extrema.
Los bomberos son como un sistema de alarma que se activa cuando los exiliados están en peligro de ser vistos. Aunque su intención es protegernos, sus acciones a menudo son perjudiciales a largo plazo.
Aunque estas partes adoptan a veces roles extremos, todas tienen una intención positiva: protegernos. El trabajo terapéutico en IFS consiste en ayudar a estas partes a sentirse escuchadas, comprendidas y liberadas, permitiendo que el Self tome el liderazgo y guíe el sistema interno hacia la sanación y el equilibrio.

¿Para quién está dirigida la terapia IFS?
La terapia IFS es efectiva para una amplia variedad de personas, especialmente aquellas que desean sanar heridas emocionales profundas y mejorar su bienestar general.
Algunos de los beneficios que ofrece la terapia IFS incluyen:
Sanación de traumas o trastornos: la terapia IFS ayuda a procesar y liberar el dolor emocional asociado con: abusos, abandonos, trastorno de estrés postraumático (TEPT), trastornos alimentarios, entre otros. Esto permite que las partes exiliadas sanen y mejoren la salud mental.
Reducción de la ansiedad y la depresión: al entender las raíces de la ansiedad y la depresión, podemos trabajar con las partes que las causan y encontrar nuevas formas de afrontar los desafíos.
Mejor manejo del estrés y las emociones intensas: la terapia IFS nos enseña a reconocer y regular nuestras emociones, evitando reacciones impulsivas y destructivas.
Transformación de patrones autodestructivos: al comprender las partes que impulsan patrones como adicciones o relaciones tóxicas, podemos tomar decisiones más conscientes y saludables.
Mayor autoconocimiento y autoestima: la terapia IFS nos ayuda a aceptarnos y valorarnos a nosotros mismos al incluir todas nuestras partes, lo que promueve el crecimiento personal y un mayor bienestar emocional.
Mejoras significativas en las relaciones interpersonales: al sanar internamente, nos relacionamos mejor con los demás. Al comprender nuestras propias partes, podemos entender mejor las de los demás y establecer relaciones más auténticas y significativas.
La terapia IFS no solo está diseñada para personas con dificultades emocionales, sino también para quienes desean vivir más plenamente, con mayor autenticidad y conexión consigo mismos. Es una invitación a explorar nuestro mundo interior y descubrir la riqueza y la sabiduría que reside en nuestro interior.
¿Cómo funciona la terapia IFS? Ejemplo de una sesión
En una sesión de terapia IFS, el terapeuta guía al cliente a conectar con su mundo interno a través de un proceso de exploración y diálogo con sus partes. El terapeuta actúa como un facilitador, ayudando al cliente a descubrir y comprender sus partes internas.
Paso 1: Conectar con el Self
El terapeuta ayuda a la persona a acceder a su estado de Self, fomentando una actitud de curiosidad, apertura y compasión hacia sus partes internas. Esto puede implicar ejercicios de respiración, meditación o visualización.
Paso 2: Identificar las partes activas
A través de preguntas y exploración, la persona reconoce qué parte está presente en ese momento (por ejemplo, un gerente perfeccionista o un exiliado herido). El terapeuta puede preguntar: “¿Qué sientes en este momento?”, o “¿Qué parte de ti está hablando ahora?”.
Paso 3: Dialogar con la parte
Se establece una comunicación directa con la parte, escuchando su historia, su propósito y sus necesidades. El terapeuta puede ayudar al cliente a hacer preguntas a la parte, como “¿Qué necesitas de mí?”, o “¿Qué te gustaría que supiera?”. “¿Qué crees que estás protegiendo?”. ¿Qué crees que pasaría si no estuvieses presente?
Paso 4: Liberar y sanar
A medida que el Self toma el liderazgo, las partes comienzan a soltar el peso del pasado y a adoptar nuevos roles más saludables y armoniosos. Esto puede implicar perdonar, liberar emociones reprimidas o encontrar nuevas formas de satisfacer las necesidades de las partes.
Ejemplo práctico
Imaginemos a María, una profesional exitosa que sufre de ansiedad constante. A través de la terapia IFS, descubre que tiene un gerente perfeccionista que la presiona a ser impecable en su trabajo. Este gerente teme que si baja el ritmo, su exiliado (una parte que en su infancia sintió rechazo) vuelva a sufrir.
En una sesión de IFS, María se conecta con su gerente perfeccionista y escucha su miedo. Descubre que este gerente solo quiere protegerla del dolor del rechazo. Luego, María se conecta con su exiliado y escucha su tristeza y soledad. Le asegura que ahora está a salvo y que no tiene que cargar con ese dolor sola.
A medida que María desarrolla una relación más compasiva y comprensiva con su sistema interno, su gerente puede relajarse y su exiliado comienza a sanar. Como resultado, María experimenta más calma, seguridad y equilibrio en su vida. Ya no se siente tan presionada a ser perfecta y puede permitirse ser vulnerable y auténtica.
Reconecta con tu origen junto a lapractica
En lapractica, creemos que el bienestar real empieza cuando dejamos de luchar con lo que sentimos y comenzamos a escucharlo con compasión. La terapia IFS nos invita a mirar hacia adentro, no para arreglarnos, sino para reconectar con nuestro origen, con esa parte esencial y sabia que todos llevamos dentro.
Con IFS aprendemos a reconocer nuestras partes internas, emociones, patrones, impulsos o, voces, no como enemigos, si no como expresiones legítimas de lo vivido. En lugar de silenciarlas, les damos espacio para ser vistas y comprendidas. Desde ahí, se abre un camino de claridad, equilibrio y sanación profunda.
Si este enfoque terapéutico resuena contigo y quieres experimentarlo con el acompañamiento de terapeutas IFS expertos, agenda una demo y comienza este camino con nosotros.