
Articulo
20 ago 2025
Roger Laughlin
Tabla de contenidos
Vivimos en una época en la que el crecimiento personal se ha vuelto parte del día a día. Basta abrir Instagram o Spotify para encontrarnos con frases inspiradoras, consejos para sanar tu niño interior, listas de hábitos para ser más productivos o meditaciones guiadas. La idea de “trabajar en uno mismo” se ha vuelto mainstream. Y aunque eso tiene un valor—porque visibiliza la importancia del bienestar emocional—también puede volver difuso el verdadero sentido de lo que implica mirar hacia adentro.
En lapractica, creemos que reconectar con uno mismo no es una moda ni una meta que se alcanza y se tacha de la lista. Es una necesidad vital. Es un camino que parte de la curiosidad, de la incomodidad, de una pregunta que muchas veces no tiene respuesta inmediata: ¿por qué, si “todo está bien”, me sigo sintiendo desconectado, insatisfecho, en piloto automático?
Este artículo no es una fórmula mágica. Es una invitación a explorar lo que significa verdaderamente “trabajar en uno mismo”. A cuestionar los mensajes que recibimos sobre el desarrollo personal y, sobre todo, a abrir la puerta a una forma distinta de relacionarnos con nuestro mundo interior.
La desconexión es más común de lo que parece
La mayoría de las personas no llega al trabajo interior por curiosidad intelectual. Llega porque algo duele. Puede ser una sensación de vacío que no se va. Una ansiedad persistente. Un patrón que se repite en las relaciones. Una crisis de sentido. O simplemente la certeza de que estamos viviendo hacia afuera, desconectados de lo que realmente sentimos o necesitamos.
En muchos casos, esa desconexión es silenciosa. No siempre se ve como sufrimiento agudo. A veces se expresa en la dificultad para estar presentes, en la necesidad constante de estímulos externos, en la autoexigencia que no descansa, en la sensación de que estamos sobreviviendo en vez de viviendo.
Y en esa búsqueda por sentirnos mejor, aparece la promesa del “trabajo interior”. Pero aquí hay una trampa: si lo hacemos desde el mismo lugar que alimenta nuestra exigencia—querer arreglarnos, superarnos, ser alguien “mejor”—corremos el riesgo de replicar la desconexión con un disfraz más espiritual o sofisticado.
¿Desde dónde nos relacionamos con nuestro mundo interno?
Trabajar en uno mismo puede ser un acto de curiosidad… o de frustración. Todo depende desde dónde lo hacemos.
No es lo mismo decir “quiero conocerme mejor” que “necesito dejar de ser así”. No es lo mismo acercarse a una parte de uno con curiosidad que con rechazo. No es lo mismo querer sanar desde la compasión que desde la urgencia de ser más funcional.
Por eso, antes de buscar herramientas o métodos, vale la pena hacer una pausa y preguntarnos:
¿Qué parte de mí está queriendo cambiar?
¿Qué historia hay detrás de esa urgencia?
¿Puedo mirarme sin juicio?
En lapractica, acompañamos a las personas a reconocer y abrazar esas partes. Incluso aquellas que no les gustan. Porque todas tienen algo para contar. Y todas, en el fondo, están intentando proteger algo importante.
IFS: una nueva forma de entendernos
La metodología que usamos en lapractica se llama Internal Family Systems (IFS). Es un modelo terapéutico que parte de una idea tan simple como revolucionaria: no somos una sola cosa. Dentro de cada uno de nosotros viven múltiples “partes”, como si fuésemos un sistema interno compuesto por diferentes voces, emociones, impulsos y memorias.
Seguramente te suenen algunas de estas partes:
La parte que se critica constantemente.
La que quiere evitar el conflicto a toda costa.
La que se siente sola aunque esté rodeada de gente.
La que toma decisiones impulsivas y luego se arrepiente.
La que quiere controlar todo.
La que está agotada de sostenerlo todo.
IFS no busca eliminar esas partes. Todo lo contrario: busca que podamos escucharlas y comprender qué función cumplen. Incluso las partes que nos generan sufrimiento están ahí por una razón y su intención es positiva, protegernos. Muchas veces, son protectores que surgieron en momentos difíciles, cuando no sabíamos cómo gestionar lo que sentíamos. Aprendieron a sobrevivir. Pero hoy, tal vez, ya no necesitamos que sigan funcionando de la misma manera.
El cambio real no ocurre cuando luchamos contra esas partes, sino cuando las miramos con curiosidad, compasión y presencia. Cuando dejamos de decir “quiero cambiar esto” y empezamos a decir “quiero entender qué necesita esta parte de mí”.
El Self: nuestra brújula interna
Una de las contribuciones más poderosas de IFS es la noción de que, más allá de todas nuestras partes, existe algo más: el Self. Es ese núcleo interno que no se daña, que siempre está presente, aunque a veces esté cubierto por el ruido. Es una conciencia interna que puede observar sin juzgar, que puede liderar nuestro sistema con calma, claridad, compasión y coraje.
El trabajo interior, desde esta perspectiva, no es una lucha por eliminar lo que nos molesta, sino un proceso de crear una relación distinta entre el Self y nuestras partes. Cuando el Self lidera, todo cambia: la forma en que nos tratamos, en que nos relacionamos, en que tomamos decisiones.
Una práctica, no una meta
De ahí el nombre de nuestro proyecto: lapractica. Porque no se trata de llegar a un destino, sino de cultivar una forma distinta de estar con uno mismo. Día a día. Con paciencia. Con presencia. Con curiosidad.
Practicar es darte permiso para no tener todas las respuestas. Para sentir lo que estás sintiendo sin necesidad de arreglarlo inmediatamente. Para dejar de pelearte con tu ansiedad y empezar a escuchar qué está intentando proteger. Para encontrar una pausa en medio del ruido.
Y sí: a veces la práctica es incómoda. Porque mirar hacia adentro no siempre es placentero. Pero es profundamente transformador. No porque te convierte en otra persona, sino porque te permite volver a ti.
¿Qué tipo de trabajo interior proponemos en lapractica?
No vendemos fórmulas. No prometemos resultados instantáneos. No creemos en el “tienes que cambiar para ser feliz”.
Lo que ofrecemos es un acompañamiento humano, flexible y profundo. Espacios individuales donde puedes explorar tu mundo interno con una guía que no busca darte respuestas, sino ayudarte a encontrarlas dentro tuyo.
Trabajamos con personas que están cansadas de las soluciones rápidas o que buscan más profundidad. Que quieren comprometerse con un proceso real. Que están dispuestas a abrir espacios de silencio, de conexión y de honestidad.
Una invitación final: ¿y si el cambio empieza por dentro?
En un mundo que nos empuja constantemente hacia afuera—más logros, más productividad, más validación—volver la mirada hacia adentro puede parecer un acto radical. Pero tal vez sea el acto más necesario de todos.
Porque cuando cambiamos la forma en que nos relacionamos con nosotros mismos, cambia todo: nuestras relaciones, nuestras decisiones, nuestra forma de vivir.
Si estás en ese momento en que algo dentro tuyo pide ser escuchado, lapractica está acá para acompañarte. Sin apuros. Sin juicios. Sin exigencias.
Porque el camino hacia el bienestar no se construye con metas por alcanzar, sino con espacios para habitarse con presencia.
Si este enfoque resuena contigo y quieres experimentarlo con el acompañamiento de guías certificados en IFS, agenda una demo y comienza este camino con nosotros.
lapractica comienza cuando tú lo decides.
Por
,
Roger Laughlin es cofundador de Kavak, una de las startups más valiosas de América Latina, donde lideró su expansión internacional y consolidación en Brasil. Con más de diez años de experiencia en la creación de startups en la región, también ha desempeñado roles clave en Linio y Groupon..
Como inversionista ángel, Roger asesora fondos como Nazca, H2O y Nascent, y es mentor en la red Endeavor. Dedicado a apoyar a nuevas generaciones de fundadores, integra su experiencia empresarial con un foco en salud mental y bienestar.
Este artículo refleja su experiencia y no reemplaza terapia profesional.