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¿Cómo tener paz mental? Descubre los hábitos que mejoran tu vida

¿Cómo tener paz mental? Descubre los hábitos que mejoran tu vida

10 dic 2025

Ana Teresa Sucre

Tabla de contenidos

¿Sientes que tu cabeza no descansa ni un minuto? Entre obligaciones, expectativas laborales cada vez más altas, chats que no paran y la sensación de que siempre hay algo que “no puede esperar”, a veces la calma parece un lujo imposible. Pero en realidad es una necesidad básica para vivir una vida de forma más plena y consciente.

No se trata de ignorar los problemas ni de fingir que todo está bien. Se trata de encontrar tu espacio, tu manera de bajar el ruido y responder en vez de reaccionar. En este artículo encontrarás 10 hábitos prácticos y fáciles de aplicar que te ayudarán a reconectarte contigo, reducir la carga mental y empezar a vivir con más claridad y equilibrio.

10 formas efectivas de encontrar paz mental

La paz interior empieza por conocerte: entender qué pasa dentro de ti, por qué reaccionas como lo haces y qué necesitas para sentirte bien. Cuando tienes claridad sobre tus gustos, tus límites y tu manera de funcionar, todo se vuelve más manejable y puedes vivir con más seguridad y tranquilidad. En lapractica recomendamos la terapia IFS (Internal Family Systems), un enfoque integral y humano que te ayuda a conocerte sin juicio.

Aquí tienes herramientas prácticas para bajar revoluciones y estar más presente en tu día a día. Son útiles, pero si no van acompañadas de un proceso de autoconocimiento profundo, se quedan en soluciones temporales. La transformación real empieza cuando te das el espacio para mirarte por dentro.

1. Practicar la respiración consciente

La respiración es una herramienta poderosa para regular el sistema nervioso y volver al presente. Cuando inhalas profundo y exhalas lento, envías señales de calma a tu cuerpo, disminuyendo la respuesta de estrés.

Ejercicio práctico: Técnica 4-7-8

  1. Inhala por la nariz durante 4 segundos.

  2. Retén el aire 7 segundos.

  3. Exhala por la boca 8 segundos.

  4. Repite de 4 a 6 veces.

También puedes usar la respiración diafragmática: coloca una mano en el pecho y otra en el abdomen, respira profundo intentando que se mueva solo la mano del abdomen.

Puedes practicarla en cualquier lugar, especialmente si estás ansioso o necesitas regresar a tu centro.

2. La meditación

La meditación es una herramienta valiosa, pero no es igual para todas las personas ni para todos los momentos. Muchas veces se presenta como una solución universal "siéntate 20 minutos al día y todo mejorará" y eso puede ser frustrante o incluso violento en su simplicidad. Tu sistema nervioso tiene necesidades únicas, y honrarlas no es resistencia: es sabiduría somática.

Si al meditar sientes ansiedad, inquietud o malestar, no significa que estés haciendo algo mal. Significa que tu cuerpo está pidiendo otro tipo de práctica.

Meditaciones según tus necesidades:

  • Si tiendes al colapso: prueba meditaciones energizantes, con mantras vibratorios, movimiento suave, de pie, ojos abiertos o en contacto con la naturaleza.

  • Si tiendes a la hiperactivación: primero descarga energía (20 minutos de movimiento libre) y luego medita. También pueden servir meditaciones dinámicas con fases de descarga.

  • Si tienes trauma no resuelto: prioriza el trabajo somático antes de prácticas contemplativas. Necesitas construir recursos antes de observar lo que duele.

Si una meditación te hace sentir peor, quizá tu sistema nervioso está diciendo: "Esto no es lo que necesito ahora". Escúchalo. La verdadera práctica espiritual no es seguir un protocolo rígido, sino aprender a leer tu sistema y darle lo que necesita. A veces será quietud, a veces movimiento, a veces una sacudida, un grito en el coche o simplemente respirar.

Tres enfoques para empezar de forma segura:

  • Mindfulness: atención amable al presente, sin forzar silencio interno.

  • Meditación guiada: una voz que acompaña puede dar seguridad al sistema.

  • Escaneo corporal: recorrer el cuerpo con curiosidad, no con exigencia.

3. Conectar con la naturaleza 

El Shinrin-yoku o "baño de bosque" es una práctica japonesa que consiste en caminar sin prisa por entornos naturales. Estudios muestran que reduce niveles de cortisol, mejora el ánimo y disminuye la ansiedad.

Si vives en la ciudad, no necesitas un bosque. Puedes:

  • Visitar un parque cercano.

  • Observar el cielo unos minutos.

  • Cuidar plantas en casa.

  • Caminar descalzo sobre césped.

La naturaleza nos recuerda que podemos bajar el ritmo y volver al cuerpo.

4. Cultivar la gratitud

La gratitud entrena tu mente para notar lo que sí está funcionando. Llevar un diario de gratitud o identificar tres cosas positivas cada día reduce síntomas de depresión y mejora tu salud mental y bienestar, según diversas investigaciones.

Ideas prácticas:

  • Escribir tres cosas por las que agradeces cada mañana.

  • Decir “gracias” en voz alta al final del día.

  • Agradecer incluso los pequeños gestos.

Hazlo una rutina diaria o semanal, sin presión. Lo importante es conectar con el sentido detrás del agradecimiento.

5. Establecer límites saludables

Los límites emocionales son acuerdos que protegen tu bienestar. Decir “no” cuando lo necesitas es un acto de cuidado personal, no de egoísmo.

Frases útiles para practicar límites:

  • “En este momento no puedo, gracias por entender.”

  • “Prefiero dejarlo para otro día.”

  • “Esto no me hace bien, necesito tomar distancia.”

Puedes aplicarlos en relaciones familiares, laborales, de pareja y también con la tecnología.

6. Reducir el consumo de información y redes sociales

Diversos estudios han señalado la relación entre el uso excesivo de redes sociales y un aumento en ansiedad, comparación constante y sensación de insuficiencia.

Estrategias sencillas:

  • Definir horarios específicos para revisar redes.

  • Activar límites de tiempo en el móvil.

  • Hacer una desintoxicación digital semanal.

  • Usar el “Modo descanso” por las noches.

Tu mente necesita silencio para crear paz.

7. Cuidar el cuerpo a través del ejercicio y la alimentación

El movimiento libera endorfinas, mejora el ánimo y reduce el estrés. Incorporar hábitos de autocuidado en tu vida diaria es un acto de amor propio.

Actividades accesibles:

  • Caminar 20 minutos.

  • Hacer yoga suave.

  • Bailar en casa.

En la alimentación, prioriza alimentos reales y nutrientes que ayudan a la calma:

  • Omega-3 (pescado azul, semillas de chía).

  • Magnesio (cacao puro, frutos secos, legumbres).

  • Verduras, frutas, proteínas de calidad.

No se trata de dietas rígidas, sino de nutrirte para sentirte bien.

8. Practicar el mindfulness en actividades cotidianas

El mindfulness es prestar atención plena sin juzgar. No necesitas sentarte a meditar para practicarlo, pero puedes incorporarlo en diferentes actividades a lo largo del día. 

Mindfulness al comer:

  1. Observa los colores y aromas del plato.

  2. Mastica lento.

  3. Nota la textura y el sabor.

  4. Deja el móvil lejos.

Mindfulness al caminar:

  1. Siente el contacto de los pies con el suelo.

  2. Observa tu entorno sin analizar.

  3. Respira profundo.

Son pequeños momentos que anclan tu mente al presente.

9. Buscar apoyo social y cultivar relaciones positivas

Las relaciones saludables son un amortiguador emocional frente al estrés. Hablar con alguien que te escucha sin juzgar, puede aliviar la carga mental.

Pregúntate:

  • ¿Qué relaciones me nutren?

  • ¿Qué relaciones me drenan?

Rodéate de personas que respeten tus límites, sientas validación emocional, celebren tus logros y te acompañen en los momentos difíciles. Y recuerda: pedir ayuda profesional también es una forma válida y valiente de cuidarte.

10. Aceptar lo que no se puede cambiar

Aceptar no es resignarte. Significa reconocer la realidad tal como es para poder actuar con mayor claridad.

Ejercicios recomendados:

  • Meditación de aceptación: observar emociones sin intentar cambiarlas.

  • Reencuadre cognitivo: preguntarte qué sí está bajo tu control.

Ejemplos cotidianos:

  • Cambios inesperados en el trabajo.

  • Errores personales.

  • Pérdidas y procesos de transición.

Aceptar libera energía que antes usabas para resistirte.

¿Qué puede afectar tu paz mental?

Muchos factores pueden dificultar encontrar un estado de calma e impactar tu estado mental. Algunos de los más comunes son:

  • Perfeccionismo: presión constante por hacerlo “todo bien” y miedo a equivocarte. Puede llevarte a la autoexigencia y al agotamiento emocional.

  • Autocrítica excesiva: hablarte mal, compararte constantemente o creer que nunca es suficiente. Este diálogo interno hostil afecta tu autoestima y tu capacidad de disfrutar.

  • Rumiación: quedarte atrapado en pensamientos negativos del pasado, repasando errores o conversaciones una y otra vez. Esto alimenta la ansiedad y la culpa, afectando tu estado de ánimo.

  • Preocupación por el futuro: anticipar escenarios negativos o sentir que siempre va a ocurrir lo peor. La preocupación constante te desconecta del momento presente.

  • Resistencia al cambio: aferrarte a lo conocido incluso cuando no te hace bien. El miedo a lo nuevo puede impedir que avances.

  • Falta de autoconocimiento: cuando no te conoces, no sabes qué necesitas, qué deseas ni qué límites te protegen. Esto te lleva a vivir bajo expectativas ajenas y a desconectarte de tu autenticidad.

Reconocer estos patrones es el primer paso para transformarlos y vivir con más paz contigo mismo y tus seres queridos.

Beneficios de encontrar la paz mental

Cultivar la paz interior tiene efectos profundos en tu vida:

  • Mejora tu salud física: regula la presión arterial, fortalece tu sistema inmunológico y reduce la tensión muscular.

  • Mejora tus relaciones: la tranquilidad mental favorece la comunicación empática y la capacidad de poner límites sin culpa.

  • Aumenta tu productividad y creatividad: cuando tu mente no está saturada, puedes pensar con claridad, resolver problemas y crear con mayor fluidez.

  • Facilita la toma de decisiones: una mayor calma interior te ayuda a elegir desde la claridad y no desde la reactividad.

  • Reduce síntomas de ansiedad y depresión: el equilibrio emocional disminuye la intensidad del malestar y te brinda herramientas para gestionarlo.

  • Te conecta con el presente: disfrutas más lo que tienes aquí y ahora, sin estar atrapado en tus pensamientos generando m

Además, la paz interior se relaciona directamente con la felicidad. No la felicidad como euforia constante, sino como un estado profundo de bienestar y estabilidad interna.

Para alcanzarla, el autoconocimiento es clave. Cuando te conoces vives desde tu verdad, no desde las expectativas de otros. Sin ese conocimiento interno, es difícil construir paz, porque te desconectas de tu propio camino.

Da el siguiente paso hacia tu paz mental con IFS en lapractica

Si quieres algo más que soluciones temporales y realmente empezar a conocerte, IFS es un camino profundo y compasivo para explorar tu mundo interior y acceder a tu centro de calma y claridad. En lapractica te acompañamos para construir un bienestar emocional que se sostenga en el tiempo. Agenda tu demo y empieza hoy.

Por

Ana Teresa Sucre

Ana Teresa Sucre

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Certificada en IFS, Marketing & Experiencia del Cliente

Certificada en IFS, Marketing & Experiencia del Cliente

Ana Teresa Sucre trabajó más de 12 años liderando proyectos de marketing para marcas globales como Hewlett Packard, Revlon y Microsoft, antes de descubrir que su verdadera pasión estaba en el área de salud mental y bienestar. Desde entonces, se ha formado, explorado y vivido distintos enfoques terapéuticos. 

A partir de su propio proceso personal, se acercó al modelo terapéutico Internal Family Systems (IFS), un enfoque que ha transformado su manera de comprender y relacionarse con su mundo interior. En 2024 completó la certificación oficial de Nivel 1 (Instituto IFS).

Hoy forma parte del equipo de lapractica, donde une su experiencia profesional con su propósito personal: brindar herramientas a otros en su camino hacia una vida más consciente, conectada y auténtica.

Este artículo refleja su experiencia personal y no sustituye asesoramiento psicológico profesional.